quinta-feira, 28 de agosto de 2025

Predicciones sinceras



Predicciones sinceras

 

Soy un estudiante de último año de bachillerato y, como todos a mi alrededor, me preguntan constantemente: “¿Qué vas a estudiar?”, “¿Qué te ves haciendo en diez años?”. Es fácil sentirse abrumado, pero después de pensarlo mucho, tengo algunas predicciones, no solo para mí, sino para el mundo que me tocará vivir. Y trato de ser lo más sincero posible.

Me visualizo terminando la universidad, habiendo encontrado una carrera que me apasione, quizás algo relacionado con la tecnología o la sostenibilidad. No creo que sea un camino recto; seguramente tropezaré, cambiaré de idea en alguna materia y tendré que aprender de mis errores. Pero tengo la profunda convicción de que, con esfuerzo, encontraré un trabajo que no solo me dé de comer, sino que me permita crear algo, aportar una pequeña solución a algún problema. Me veo viviendo en un departamento modesto pero con mucho estilo, rodeado de buenos amigos, tal vez con una mascota. Sueño con viajar, conocer otras culturas y seguir aprendiendo idiomas. Mi predicción más optimista es que lograré mantener la curiosidad y la capacidad de asombro que tengo hoy, sin importar cuántos años cumpla.

Sin embargo, cuando miro a mi alrededor, al mundo, mis predicciones se vuelven más realistas, incluso duras a veces. No creo que de aquí a veinte años hayamos solucionado todos los problemas. La desigualdad económica seguirá siendo una sombra enorme, una brecha que dividirá a la sociedad aún más si no actuamos con decisión. El cambio climático no va a desaparecer; lo vamos a sentir con más fuerza: veranos más calurosos, fenómenos meteorológicos más extremos y una lucha constante por recursos como el agua. La política seguirá siendo un campo de batalla polarizado, donde los discursos de odio y la desinformación encontrarán nuevos altavoces en tecnologías que aún ni imaginamos.

Pero también hay espacio para la esperanza. Mi predicción más importante es que nuestra generación, la que creció con noticias de crisis climática y pandemias, no tendrá el lujo de ignorar estos problemas. Seremos más pragmáticos, menos idealistas. La tecnología que hoy nos distrae, mañana la usaremos para organizarnos, para crear comunidades globales de apoyo y para desarrollar innovaciones que mitiguen el daño ambiental.

Al final, mi predicción más sincera es que el futuro no será ni utópico ni distópico. Será un lugar complicado, lleno de claroscuros, como lo es el presente. Mi optimismo personal no nace de la ignorancia, sino de la decisión consciente de trabajar dentro de ese mundo realista e imperfecto. No espero cambiar el mundo por completo, pero sí creo firmemente que puedo encontrar mi propio espacio dentro de él, aportar mi grano de arena y construir una vida que valga la pena vivir. Y eso, al final, es lo único que de verdad podemos predecir: nuestra propia actitud frente a lo que está por venir.

 


Nenhum comentário: